Receta

lunes, 24 de abril de 2017

Mi pequeño granito de arena...

Ya lo sé, ya han pasado dos meses pero quería sentarme con calma para poder escribir ese post. La verdad que nada salío como yo tenia imaginado/planeado pero esta claro que en casos como esos no se puede planear nada.
Salí de cuentas el 13/02 pero Leo no nació hasta el 21/02. Todo ese retraso nos causó bastantes trastornos de logística ya que al no tener familiares cerca pues se nos complicaba el tema de quien se iba a quedar con Sofía ya que las vacaciones de mi marido se terminaban. Finalmente todo se solucionó.

Bueno volvamos al tema, pues eso me planean el parto para el día 20 a las 8 am y allí me voy yo con mi maleta, papeleos y todas las ganas del mundo.
Después de los tramites administrativos pertinentes por fin me llevan a paritorio para hacer el chequeo previo y ahí me dio un poco el bajón. Yo que pensaba que con todo lo que había hecho (paseos, ejercicios, comidas picantes, remedios de la abuela etc etc) y las contracciones que había tenido pues que mi cuello del útero estaría mejor pero no fue así estaba exactamente igual que la semana anterior en consulta.
Solo tenia el 50% borrado y un centímetro dilatado. La matrona de turno decidió que al ser tan poco me iba a introducir una sonda con un globo lleno de suero fisiológico para ver si dilataba algo mas y se ponía en marcha el parto.

La verdad que las primeras 3 horas con eso puesto he tenido muchas contracciones, incluso no he podido comer de lo seguidas y dolorosas que eran pero esa alegría duró poco. Pasadas unas 6 horas me volvieron a ver y todo seguía exactamente igual. No había pasado nada de nada ahí adentro. Ahí ya me empezaba a mosquear la cosa. La matrona me rellenó algo mas el globo y me mandó de vuelta a la habitación a caminar y me dijo que durante la noche tratara de descansar todo lo posible para poder tener fuerzas para el parto, que ilusa ella.



A la mañana siguiente me llevan de nuevo a paritorio para controlar las contracciones mediante monitores y ver si ese maldito globo había hecho algo de su trabajo. Y una vez mas me vuelven a decir que esta todo igual. El tener contracciones (ya no eran dolorosas solo molestas) y que no hubiese cambios me ponía de muy mal humor.

La matrona que era una diferente, una señora mayor muy a favor de los partos naturales, me propuso dos opciones: - ponerme el "propex" que es como un especie de tampón impregnado en un medicamento que ayuda a que empiece el trabajo de parto.
- Romper la bolsa y administrarme oxitocina en vena.

Yo no se si me he equivocado de opción pero elegí la segunda aun sabiendo que podía no hacerme nada. Primero me rompieron la bolsa y me dejaron así unas 2 horas para ver si me ponía de parto de forma natural pero sin resultado así que cerca del mediodía del día 21 me inyectaron oxitocina.


                                           Estiramientos en el paritorio.

A partir de ahí las contracciones fueron en aumento. Eran mucho mas seguidas, al principio un dolor aguantable durante unas 4 horas, después se fueron espaciando y aliviando entonces me dieron otra dosis y ya el dolor comenzó a ser muy fuerte. Pero yo seguía diciendo que no quería epidural.

A eso de las 18hrs la matrona me volvió a ver estaba dilatada de 4cm y el cuello borrado casi del todo. A pesar de los dolores yo estaba feliz. Intentaba hacer todas las respiraciones como me lo pedía la matrona, he usado la pelota de pilates, he intentado hacer visualizaciones pero nada me calmaba los dolores. Cada 20 minutos la matrona me chequeaba porque en monitores mis contracciones ya mostraban grandes señales de parto pero en el tacto nada cambiaba.

La matrona decidió inyectarme algo en el muslo, no me preguntéis que era porque la verdad que ni me acuerdo. Solo se que me dijo que me sentiría como si me hubiese tomado 5 copas de vino pero yo lo único que sentí fue la resaca. No paraba de tener arcadas y vómitos. Vamos que la mezcla contracciones, mareos y vómitos era de lo peor.

A las 19hrs nuevo chequeo pero ahí ya no me dicen nada. La matrona se va dejándome ahi en la camilla de paritorio. Al cabo de unos 15 minutos vuelve y me dice que esta llegando el anestesista y que me van a poner la epidural. Y ahí ya lo entendí todo: me tocaba otra cesárea.

Efectivamente, a los pocos minutos llega el ginecólogo junto con el anestesista y me lo explican todo. Que ya llevo mucho tiempo intentando todo sin resultado y que como esta la bolsa rota que no quieren arriesgar mas y sin resultados. Yo seguía con mis 4cm.

He de reconocer que se me vino el mundo encima. Se que no tiene nada de malo una cesárea pero tenia tantas ganas y esperanzas de tener un parto natural y poder ayudar a que mi pequeño a venir a este mundo que me derrumbé a pesar de sentir aun mucho dolor aun teniendo la epidural puesta.

El equipo de quirófano fue maravilloso, al verme tan alicaída me estuvieron animando y buscando temas de conversación para que yo no pensara mas en ello. Eran ya las 21hrs y estaba a punto de conocer a mi bebe y eso era lo importante.

Por fin todo estaba preparado, empiezan con el proceso y de repente noto como me voy deslizando por la mesa del quirófano y oigo al ginecólogo y la matrona decir que es increíble lo mucho que cuesta sacarlo. Entonces se levanta el anestesista (estaba sentado a mi izquierda) y se pone a presionarme la parte alta de la tripa todo eso diciéndome que no me preocupe que esta todo bien. Yo no podía ni respirar de la presión que me hacia encima. Después de unos minutos que me parecieron una eternidad al fin salió Leo, eran las 21:15 del día 21 de febrero de 2017.

Por fin podía oírlo llorar, creo que es de las únicas veces que el lloro de un bebe es placentero. Se acerca la matrona para presentarme a mi chiquitín y me dice que a ver como hice yo para tener un bebe tan sumamente grande con lo pequeña que soy.

Leo esta sano, fuerte y hambriento. Me llevan a mi habitación y por fin me traen a mi príncipe. Estaba con tantas ganas de comer que se había hecho una ampolla en la mano de tanto chuparla.

Desde entonces no nos separamos. Es un niño muy bueno y muy comedor. No me puedo quejar.

Bueno pues ese es el resumen del nacimiento de Leo. Fueron dos días largos e intensos pero los recuerdo con mucha ilusión y hasta nostalgia.

Os dejo con unas fotos...

                                                                Primera foto de Leo





                                                                    Salida del hospital