Receta

lunes, 13 de noviembre de 2017

Cuando no todo es un camino de rosas





Hoy os traigo un post muy personal, pero aun así quiero hablar de ello ya que cada vez veo que mas gente tiene que recurrir a ello.

Pues bien quiero contaros mi experiencia propia con las fecundaciones Invitro (FIV). Aclaro que es MI experiencia, lo que yo he vivido. Para nada soy medico y cada persona y caso es diferente.

Retomando, creo que lo primero que debería de hacer es explicar que es una FIV. Es una técnica donde un ovocito es fecundado por un espermatozoide fuera del cuerpo de la mujer. Mediante una estimulación hormonal previa con medicación se consiguen cierto numero de ovocitos. Cuando estos están maduros (los van controlando mediante ecografías) pues los extraen.
La extracción es indolora, nos sedan y el medico va como aspirando los ovocitos.

Después en laboratorio, los biólogos hacen el trabajo de cupidos. Pero hay dos tipos distintos de tratamientos que son las FIV y las ICSI (Intra Cytoplasmic Sperm Injection, en castellano microinyeccion intracitoplasmatica). Esa ultima técnica es la que yo hice para todos mis tratamientos.

La diferencia entre esos dos procedimientos es que la FIV se pone "en contacto" los espermatozoides para que ellos mismos fecunden al ovocito. Es un proceso en laboratorio pero es el azar/naturaleza quien decide que espermatozoide fecundará el ovocito, sin manipulación externa.

En la ICSI, como su nombre lo indica es una micro inyección, es decir que el biólogo selecciona EL espermatozoide que tenga mejor morfología y movilidad. Gracias a un micro inyector lo introduce en el interior del ovocito.

Como veis la diferencia radica en eso, en uno la fecundación es "natural" aunque sea en laboratorio y en otra es el biologo quien lo hace.

Una vez los ovocitos fecundados, los dejan en observación para que se vayan dividiendo las células y así ver cuales van para adelante. A los 3 o 5 días los elegidos son transferidos a la madre. A partir de ahí empieza lo duro.

Por un lado yo estaba feliz porque por fin mis bebes estaban conmigo, pero por otro el simple hecho de estornudar o ir a hacer pipí me aterraba. Por mucho que sabia que obviamente de ahí no se iban a caer siempre tenia ese miedo. Son 15 días de espera. Entre nosotras la llamamos "beta espera". La llamamos así ya que la beta es el nombre del análisis en sangre que determinara si estamos en estado de buena esperanza o no.


Os confieso que para mi esos días son un autentico suplicio. Ciertos médicos recomiendan reposo relativo las primeras 24-48 horas otros no. Yo he estado en varias clínicas y he probado de todo y seguro que si llego a enterarme de que tengo que dormir colgada por los pies cual murciélago también lo habría hecho.

Seguramente queréis saber con cuales si tuve el positivo (bueno y si no lo queréis saber pues lo siento porque lo contaré igualmente ;) ). Pues eso, el primer embarazo hice reposo absoluto durante la primera semana y la segunda semana reposo relativo, la única vez que salí a la calle fue porque me tenia que hacer un análisis de sangre. Y en el segundo embarazo no hice reposo (obviamente reposar con una niña chiquita en casa era inviable). Intentaba tener un ritmo de vida tranquilo, sin esfuerzos.

Mi cabeza iba a mil pero uno de los consejos que os quiero dar es NO HAGÁIS CASO A SÍNTOMAS. Eso grabároslo a fuego en la cabeza. Tanto por la medicación como por el mágico poder de la mente podéis sentir miles de síntomas o ninguno. Normalmente no hay síntomas hasta las semanas 6 o 7 (vale hay mujeres que los tienen antes pero son una escasa minoría) así que no os paséis todo el día pensando en si tenéis nauseas/vómitos o mareos. No todos los embarazos son iguales, de Sofía no tuve ni un solo síntoma y en cambio de Leo a partir de la semana 7 me moría con los vómitos.

Tenéis que hacer cosas que os distraigan, que os hagan sentir bien que suficiente tenemos con todo el estrés de tener que hacer esos tratamientos.

Desde el momento en que os enteráis de que tenéis que recurrir a la ciencia es que primero busquéis una clínica que os haga sentir segura . Hoy en día hay muchas clínicas con miles de "ofertas". Para ellos son negocios pero para nosotros es nuestra vida, nuestro futuro. Así que visitad todas las clínicas, que os digan con pelos y señales que quieren hacer, que procedimientos quieren usar, no os cortéis con las preguntas. Nunca, nunca os vayáis a casa con dudas. Estamos hablando de tratamientos muy costosos y muy fuertes así que tenemos que saber que va a pasar. Yo tanto en la clinica IVI de Vigo como en la clínica IRMO en Tenerife me he sentido especial, respaldada y única. Creo que es esencial. Incluso no tengáis miedo de buscar apoyo psicológico para poder canalizar las emociones y sentimientos.

Para mi enterarnos de que teníamos que empezar con esos tipos de tratamientos fue un shock. Pensaba que nunca podría ser madre, que vale que no seria el fin del mundo pero para mi era muy importante en vida. Pero una vez asimilada la noticia había recuperado la ilusión y eso que los médicos nos lo planteaban muy negro. Yo tenia la esperanza de que saliera bien. Estaba llena de miedos pero sabia que lo conseguiríamos,
El primer intento fue muy bien, salvo una pequeña sobre estimulación el resto ha ido muy bien. Tan bien que conseguimos el tan preciado positivo a la primera.  Para tener el segundo fue mucho mas complicado. Intento tras intento y no llegaba. Cambie de clínica varias veces pero aun así yo no me quedaba embarazada. Probábamos todos y sin resultados. Yo no entendía que podía estar pasando, creía que era culpa mía, me negaba a creer que ya no estaría mas embarazada. Llegados un momento, el equipo medico me surgirió un descanso.

Es verdad, lo necesitaba. Mi cuerpo estaba ya saturado de tantas hormonas. Y ya ni os cuento como me sentía psicologicamente. No entendía el motivo por el cual no funcionaba esta vez.
Todo a mi alrededor me recordaba a embarazos y bebes. Sentía que me faltaba algo. Pensareis que soy mala madre por sentirme así teniendo ya a una niña preciosa. Pues os diré que mis ganas de tener otro eran las mismas que la primera vez. No era en plan vamos a probar a ver que sale. No no todo lo contrario, cuantos mas negativos mas ganas tenia de tenerlo. Era como si algo me estaba privando de cumplir ese deseo.

Finalmente decidimos desistir, tirábamos la toalla. Era hora de cerrar ese capitulo y seguir hacia delante. Fue cuando me volqué en cuidarme, en conseguir una mejor versión mejorada de mi.

Todo iba bien (era duro no pensar en aquello pero me esforzaba) hasta que Sofía empezó a pedir sin parar un hermano. Al principio no le hacía caso, pero se volvió muy insistente, hasta el punto de tener pesadillas con eso. Yo me sentía fatal ya sabia que era algo que nunca le podre dar y quien no quiere darle todo a sus hijos?

Los meses pasaban y ella seguía insistiendo. Yo cada vez que la oía se me partía el alma en dos. Así que mi costilla me hizo el regalo mas bonito que me podía hacer y así retomamos los tratamientos.
Eso sí me reté a mi misma. Ese tratamiento no debía de afectarme como los demás. No podía dejar que eso llevara las riendas de mi vida. El positivismo que tuve con el primer intento tenia que volver. Y así lo hice. Sí tuve momentos de bajón, momentos de miedo y angustia pero sabia que saldría bien. Recuerdo en el momento de la transferencia embrionaria les daba la bienvenida a la familia mentalmente. Sabia que un nuevo capitulo empezaba en ese preciso instante.
Durante la beta espera deje le tema de lado, solo disfrutaba del momento. Negativismo fuera.
Hasta que llegó el gran día. Recuerdo estar en la sala de espera de la clínica mirando el móvil a cada instante para ver si recibía el email con el resultado. El corazón se me puso a mil cuando por fin sonó el timbre avisando la llegada de un nuevo email en mi bandeja de entrada. Las manos me temblaban tanto que casi no podía ni sujetar el teléfono. Y ahí fue cuando vi ese 476, esa cifra que confirmaba que había una nueva vida creciendo dentro de mi. Me olvide de que la sala estaba llena de gente y empecé a dar saltos de alegría y a mi se unieron las enfermeras.
Me pasaron junto a mi doctora para la ecografía de control. Ella me decía que no veríamos nada por ser tan pronto pero tenia dentro un super campeón que sabia que mama lo quería ver. Y ahí estaba mi manchita blanca en la pantalla. Era precioso.

Por eso no perdáis la fe, sed positivos que acabará funcionando de una forma o de otra. No siempre es fácil pero la maternidad tampoco lo es. Así que tenemos que ir entrenando. No sé que piensan los médicos al respeto pero soy de las que opinan que el estado de animo afecta mucho en el resultado (ojo no quiero decir con eso que si sois positivas y felices saldrá bien).
Solo el destino sabe si volveremos a repetir o no (espero que si) pero tengo claro que lo haré igual ya que me funcionó dos veces.

Menudo monologo os acabo de soltar pero espero que no os haya aburrido y que le sirva a alguien de algo.

Y ya sabéis que si estáis pasando por algo similar y me queréis preguntar algo aquí estoy, como si lo único que queréis es hablar con alguien que entiende por lo que estáis pasando soy todo oídos. A veces es difícil que comprendan lo que estamos viviendo y no parecer monotema.

Animo y un abrazo lleno de energía a tod@s...